Caju caía 2 a 1 ante Independiente en Pavón y a los 18’ del ST el encuentro fue suspendido por agresión a un línea. Grave lesión de Juan Araujo.

La noche del lunes fué una noche para el olvido para el equipo de la ciudad. En lo deportivo, en lo humano y en lo disciplinario. En lo deportivo porque el equipo sigue sin encontrar los resultados, a pesar que nunca es inferior a sus rivales. En lo humano por la importante lesión que sufrió Juan Araujo promediando el primer tiempo. Y en lo disciplinario por la suspensión del partido debido a la agresión de un hincha de Caju al juez de línea 2, lo cual seguramente traerá aparejada una sanción para el club, además de la pérdida de los puntos, obviamente.

El Partido.

No fue un partido normal, estuvo parado cerca de 20’ por la lesión de Araujo, y luego en el segundo tiempo se jugaron solo 18´. No obstante, si analizamos los 63´ jugados, la conclusión es casi la misma que los partidos pasados: muchas distracciones de Caju en faz defensiva, que le cuestan caro, arranca los partidos ya perdiendo 1 a 0, el equipo ante la adversidad muestra carácter, pasajes de buen fútbol, jugando por abajo, con pocos pelotazos, pero todo lo bueno no alcanza, al final termina perdiendo.

Se llevaban jugados solo dos minutos cuando el arquero de Caju toma la pelota con la mano al borde del área grande, para el árbitro fue afuera, por lo tanto, tiró libre indirecto. ¿Qué pasó? el arquero y algunos de sus compañeros se quedan protestando al árbitro, los locales hacen rápido el tiro libre, y Damián Abaca sin ningún tipo de oposición y solo frente al arco, le dió un pase a la red, poniendo el 1 a 0.

Otra vez, mismo contexto que el partido pasado ante Porvenir Talleres, el equipo arranca perdiendo por distracciones. Sin embargo no pasó mucho tiempo, y a los 6’ un tiro libre a favor, Juan Araujo, todavía en cancha, lo ejecuta excelentemente y pone el empate, 1 a 1.

Luego de esto ya el partido se empieza a trabar, a hacerse más disputado, pero siempre Caju es el que más intentaba jugar al fútbol. En este tramo del partido hasta la lesión de Araujo a los 23’, el clima se empezó a enrarecer tanto adentro como afuera de la cancha a partir de algunas decisiones arbitrales. Desde el punto de vista de este cronista, más frio y objetivo, el árbitro principal Brian Roldán, se equivocaba en algunos fallos, sí, pero ninguno determinante o grosero que justifique la exasperación reinante en el ambiente, de ambos bandos.

Posteriormente cuando el encuentro se reanudó, Caju siguió empujando al local hacia su propio arco, de hecho tuvo un par de situaciones para empatarlo. Pero cuando ya terminaba la etapa, una vez más apareció un desacople defensivo, y un centro al área que Brian Acosta no pudo retener, por lo que Facundo Cerdan aprovechó el rebote y puso el 2 a 1, nuevamente injusto para lo que mostraba el desarrollo del juego.

Ya el 2do tiempo mostró un poco más de lo mismo: Caju tratando de jugarlo, sin perder actitud en la pelea por la pelota, y el rival tratando de obstruir con presión todo lo que podía. La visita tuvo un par de situaciones claras para empatarlo, pero la falta de pericia en la definición impidió que sea así.

Cómo se estaba desarrollando esta etapa, se podría pensar que el empate podía llegar, pero un hincha del propio Caju, no lo pensó así, se habrá dejado llevar por su emoción exacerbada por los fallos arbitrales, agredió al juez de línea y fin del partido.

Lamentablemente es una situación que en nuestro país excede los límites de ciudades, regiones, torneos, ligas, y categorías. La sospecha, la suspicacia, la intolerancia, la agresividad, son sustantivos que mezclados, todos juntos, generan que sea bastante habitual ver este tipo de acciones, pero no solo en el fútbol, en la sociedad toda en cualquier circunstancia o momento.

La lesión de Juan Araujo

En una jugada que se puede definir como simple, donde Juan recibe la pelota de aire sobre un lateral a la altura de la mitad de la cancha, en una disputa normal con un rival, con un mínimo contacto, el jugador de Caju cae al piso, pero aparentemente no alcanza a poner bien el brazo o las manos, y es ahí cuando cae con todo su peso con el brazo mal apoyado, y allí se produjo la lesión.

Sin médicos en el estadio, el jugador tuvo que esperar en el piso entre 15 a 20 minutos para que llegara la ambulancia proveniente de Villa Constitución.

A excepción que algún cuerpo técnico tenga un médico entre ellos, la organización de los partidos no obliga a contar con un servicio médico disponible en las canchas. Situación que estimamos debería ser seriamente re analizada, porque ayer fué una lesión importante, de cierta gravedad, pero no gravísima. Pero en otras ocasiones puede estar en riesgo la vida de algún jugador, y ahí estaríamos hablando de otra cosa.

Por la información a la que pudimos acceder Araujo fue llevado al Samco de Villa Constitución donde le realizaron los estudios y se determinó que sufrió una fractura en el húmero del brazo izquierdo, por lo cual requerirá una pronta operación y la necesidad de utilizar clavos para la correcta cicatrización ósea. El jugador se encuentra bien, aunque bastante cedado por los calmantes que está tomando.

Suspensión del partido

Iba el minuto 18 del segundo tiempo, Caju llevaba al rival contra su arco, los roces se hacían más frecuentes y más fuertes. Todo el mundo protestaba, de adentro y de afuera de la cancha. Las amarillas estaban al orden del día. Más allá que daba la sensación que las finitas eran para el local, como dijimos más arriba, no hubo ningún fallo escandaloso ni determinante que merezca analizar en profundidad la labor arbitral.

Y mucho menos para arrojarle agua caliente al línea 2, Andres Argañaraz (ninguna acción de juego o decisión arbitral justifica una agresión a nadie). Una vez producido el hecho, el juez central Brian Roldan, sin dudarlo, decidió la suspensión definitiva del encuentro. La terna inmediatamente se fue al vestuario y Argañaraz no necesitó asistencia médica.

Mientras tanto afuera, los pocos hinchas de Caju que había, salieron del estadio rápidamente. Según pudimos averiguar, el autor de la agresión, sería fácilmente identificable para las autoridades del club, por lo cual, una vez que esto se confirme, sería sancionado con el derecho de admisión, y no podría asistir a los partidos de Caju de local. Pero este proceso, todavía está en vías de que se concrete.

Por otro lado, se da por descontado que el club será sancionado por la Liga. Para esto también habrá que esperar a la reunión del comité de disciplina para conocer qué tipo de sanción será aplicada.
Noche negra de Caju por donde se lo mire, pero el fútbol como la vida, da revancha, esperemos que sea pronto, y si es el próximo fin de semana, mejor.