A los 85 años, César Luis Menotti pasó a la inmortalidad, dejando su legado en el fútbol.
El Flaco, que había nacido en Rosario, cuna del fútbol argentino, desde sus comienzos pregonó una forma de juego que lo identificó a lo largo de su extensísima y exitosa carrera como entrenador.
En 1960, Menotti debutó como futbolista en su querido Rosario Central, Luego de 10 años, tras una corta carrera como jugador y siendo muy joven aún, decidió empezar la dirección técnica.
En 1971 debutó como entrenador en Newell’s Old Boys. Junto con Ángel Tulio Zof, otro de los máximos referentes del fútbol de Central, son los únicos dos técnicos que se sentaron en los bancos de suplentes de los dos equipos rosarinos. También es de los pocos entrenadores que dirigió a River Plate y Boca Juniors.
“Para ganar hay que jugar bien, y lindo estéticamente…”, fue siempre la frase de cabecera de Menotti, que la llevó a cabo en todos los equipos que entrenó.
“No hay que separar la eficacia de la belleza…”, fue otra de sus afirmaciones que siempre lo llevó a distanciarse de Carlos Bilardo, su némesis futbolística.
Hablar de los muchos títulos que Menotti consiguió en su carrera, sería una falta de respeto. Ya que él nunca vendió resultados, sino la filosofía que siempre caracterizó al fútbol argentino.
“ Una manera de vivir y de jugar… “, es lo que siempre repetía Menotti frente a los micrófonos y lo expresaban sus equipos dentro del campo de juego.
Desde 2019, Menotti se desempeñaba como director de selecciones nacionales, y acompañó al proceso que culminó con la obtención del campeonato mundial de la Argentina en Qatar 2022.