Para los expertos, hay ciertas situaciones que son consecuencia del estrés y del insomnio, entre otras; sin embargo, hay un segundo grupo que requiere la consulta al médico
3 de octubre de 2023
The New York Times
ESCUCHAR
Hace poco estaba en el supermercado cuando una mujer se me acercó corriendo. “¡Jancee!”, dijo. “¿Cómo estás?”.
Sonreí. Me parecía conocida, pero ¿cuál era su nombre? Mientras conversaba, recité en silencio el abecedario con la esperanza de que me refrescara la memoria. Por favor, que no se llame Zoe, pensé; ya no puedo seguir fingiendo.
Ads by
Es normal preguntarse si nuestra memoria empeora con la edad, y no es una preocupación irracional: unos 5,8 millones de estadounidenses padecen demencia, afección que se caracteriza por una pérdida significativa de las funciones cognitivas, y el mayor factor de riesgo de la demencia es el envejecimiento.
No obstante, algunas fallas de la memoria relacionadas con la edad no son motivo de preocupación. Conversé con cuatro expertos sobre cómo cambia la memoria, cómo podemos recordar un poco más y cuándo es necesario hablar de los olvidos con un médico.
Cambios
Le pregunté a Mario Méndez, director de neurología conductual de la Facultad de Medicina David Geffen de la Universidad de California en Los Ángeles, por los problemas de memoria relacionados con la edad, pero me corrigió: “Yo diría ‘cambios en la memoria’”, señaló. “Y eso no se traduce forzosamente en un problema”.
En un estudio de casi 50.000 personas, los investigadores descubrieron que la memoria a corto plazo alcanza su punto álgido alrededor de los 25 años, pero, según Méndez, a partir de los 50 la zona del cerebro encargada de recuperar esos recuerdos es menos eficiente. Aun así, “esto no significa que tenemos una disfunción”, aseveró. Por eso, si te cuesta recordar “aquella película protagonizada por aquel tipo”, el recuerdo suele estar ahí, dijo Méndez, solo que tarda más en aflorar. “Y de repente, cinco minutos después, te acordás”, explicó.
Olvidar las llaves del auto o el nombre de alguien suele considerarse una falla del cerebro, pero no lo es, según Ronald Davis, profesor de neurociencia del Instituto de Innovación y Tecnología Biomédica Herbert Wertheim Scripps de la Universidad de Florida. Estamos desbordados de información, señaló Davis, y el cerebro tiene que gestionar los recuerdos. “Olvidar es una parte normal de la función cerebral”, dijo.
Hay maneras de mantener la memoria relativamente ágil
Que los cambios de memoria sean normales no significa que no podés intentar mejorarla, aseveró Arman Fesharaki-Zadeh, profesor adjunto de neurología y psiquiatría de la Facultad de Medicina de Yale. En lugar de recurrir a trucos para mejorar la memoria (como el que yo probé en el supermercado), puede ser útil llevar a cabo algunos cambios en el estilo de vida.
En primer lugar, según Fesharaki-Zadeh, hay que limitar hacer varias cosas a la vez. No es bueno para la salud del cerebro en general, pero a medida que envejecemos, nuestra capacidad para hacerlo “suele disminuir”, afirmó. “Les digo a mis pacientes, ‘traten de hacer una cosa a la vez’”.
Otros hábitos han demostrado estar relacionados con mejores habilidades cognitivas en la vida adulta, dijo Fesharaki-Zadeh. Tené cuidado con el estrés, que influye directamente en la memoria, comentó. Añadió que varios estudios relacionan la falta de sueño con los déficits de memoria, así que hacé lo posible por descansar lo suficiente. La dieta también influye.
Por último, según Fesharaki-Zadeh, media hora diaria de ejercicio cardiovascular puede generar neuronas nuevas en la zona del hipocampo del cerebro, que es fundamental para la consolidación de la memoria.
En ocasiones conviene visitar al médico
Hay circunstancias en las que conviene consultar al médico, afirmó Fesharaki-Zadeh. Si alguien que te conoce bien señala que tus olvidos han cambiado significativamente —tal vez estés haciendo la misma pregunta una y otra vez u olvidando los nombres de tus seres queridos— podría ser síntoma de algo más grave.
Entre las primeras señales de demencia, según la Asociación de Alzheimer, se incluyen la pérdida de la capacidad de recordar sucesiones de hechos, problemas para calcular distancias y una necesidad cada vez mayor de ayudas para la memoria, como notas o alertas en los teléfonos celulares, para asuntos que antes podías recordar por tu cuenta.
Si crees que la pérdida de memoria está alterando tu vida cotidiana, solicitá una cita con un médico, recomendó Scott Small, profesor de neurología en Columbia y autor de Forgetting: The Benefits of Not Remembering. Un buen médico, explicó, explora las posibles causas de los problemas de memoria, ya sea una enfermedad u otros factores, como ciertos analgésicos o somníferos.
Después de hablar con los expertos en funciones cerebrales, me sentí más tranquila y resultó que mi amiga se llama Érica, así que tuve que fingir que la reconocía solo durante unos segundos.
Por Jancee Dunn
The New York Times