Más allá de la sorpresa de su comunicación, la habitual pulcritud de su accionar se vio desdibujada por el momento en el que hizo tremenda declaración.

Cuando todavía seguíamos extasiados festejando el triunfazo de la selección argentina ante nuestro eterno rival y en su casa, y rompiendo records como el que Brasil nunca había perdido de local en la historia de las eliminatorias, apareció Leonel Scaloni en la conferencia de prensa con la bomba atómica que terminó mandando la épica victoria a un segundo plano.

Pero lo más llamativo de todo, desde mi humilde punto de vista, no fué la posible renuncia del hombre de Pujato a seguir entrenando la selección, sino el abrupto cambio de modus operandi de un hombre que desde que asumió el cargo se caracterizó por la mesura, el equilibrio, el respeto, y el sentido común en cada uno de sus actos y dichos.

No es que ahora con la comunicación de su idea le haya faltado el respeto a alguien. Nada más lejos de eso, pero si el oportunismo para hacerlo no fue el mejor. Menos cuando todavía no hay una decisión firme, y además ningún periodista le preguntó alguna cuestión relacionada a eso. Si no tenés la decisión tomada de irte, ¿cuál es la necesidad de expresar ese sentimiento que lo único que hace es desequilibrar algo que venía sobre rieles y en su mejor momento?

Una posible respuesta a esta pregunta sería que hay algún problema interno con alguien, o algunos, y su manera de encender la alarma para contener ese problema sea hacer público una parte de su sentir. En otras palabras, presionar a ese alguien o algunos con esa posible decisión de dejar el cargo. Es una posibilidad, pero ese accionar no condice con el Scaloni que conocemos.  

La que para algunos, fué la última foto de Scaloni y su CT

La otra opción es que la única razón de su comunicación, fué solo expresar lo que siente, sin otras cosas ocultas por atrás, o con segundas intenciones. O sea siguió siendo el DT que conocemos. Pero sí se equivocó en el momento. Era momento de seguir festejando, de explotar de felicidad por la actualidad del fútbol de nuestra selección.

Las dudas las analizamos después en la soledad y tranquilidad de nuestra casa y con nuestra familia. Y una vez tomada la decisión firme, recién ahí comunicarla. Pero ya está, el temblor ya se generó. Y ahora habrá que esperar el desenlace de todo, y los coletazos que puede traer al juego propiamente dicho en el verde césped. 

Independientemente de la razón que llevó a Scaloni a decir lo que dijo, sea la transparente o una con segundas intenciones, en cualquiera de los dos casos no fué acertada la decisión: evidentemente cometió un sincericidio para el primer caso, o error en la forma de presionar para la segunda opción. O sea, Leonel Scaloni demostró que es humano, también se puede equivocar.