La Selección Argentina de fútbol está en su mejor momento independientemente de quién juegue. Scaloni logró plasmar el fútbol que le gusta a la gente.

Dejando de lado la inconmensurable influencia de Lionel Messi en la selección, en los últimos partidos se vio cómo el equipo nacional empezó a mostrar facetas de excelente juego que van más allá de la presencia o no del mejor jugador del mundo.

Y esto tiene más que ver con una idea, un método, un sistema, una idiosincrasia que con tener la suerte de tener al mejor de todos jugando con la albiceleste. Ojalá Messi esté en cancha siempre, pero sabemos que por una cuestión natural, esto no va ser así. Por eso haber llegado a este funcionamiento como equipo, independientemente de los nombres, ilusiona aún más mirando al futuro.

¿Pero cuáles son las razones que llevan al equipo de Scaloni a tener semejante presente futbolístico? 

El punto de partida desde el cual se construye toda esta realidad, tiene que ver con aquello que dice un viejo dicho popular, “lo esencial es invisible a los ojos”. Y efectivamente, el hecho de haberse sacado la mochila de un equipo que no ganaba nada desde 1993 con la selección del Coco Basile, más las propias dolorosas derrotas de las dos finales perdidas en la Copa América y la final del mundo en Brasil, permitieron no solo liberar las mentes individuales ante tanta presión, sino también crear una cúpula de confianza grupal que potencia aún más las cualidades futbolísticas en todos los sentidos.

Como seres humanos que son los jugadores, una vez más la EMOCIÓN, jugando un papel determinante y decisivo en el desenvolvimiento de una actividad: en este caso, jugar al fútbol en forma profesional. 

Después ya vienen las razones objetivas, no menos importantes, que tienen que ver con el desarrollo e implementación de las ideas y formas que propuso el DT, totalmente aceptadas por todo el plantel de jugadores. 

En Fase Ofensiva

Secuencia de pases simples en pocos metros cuadrados

Como si estuvieran jugando un partido de fútbol 5 (estilo parecido a la selección del Coco Basile) los jugadores se juntan, se muestran para triangular secuencias de pases a poca distancia uno de otro, esperando encontrar el pase al espacio, o la salida rápida saliendo para el otro lado desde donde se está jugando.     

 

Altísimo porcentaje de acierto en la toma de decisiones 

Dicho de otra manera más popular, “sería hacer lo que pide la jugada”. Para los que estamos fuera del campo de juego, que tenemos una visión más global de lo que pasa en el terreno y que no nos aprieta ninguna marca rival, podemos llegar a discernir cuál es la jugada más conveniente en determinado momento. En la gran mayoría de los casos, nuestros jugadores realizan esa acción que nosotros imaginamos cómodamente sentados frente al televisor.

Desde el punto de vista ofensivo, esta es una virtud que se entrena, se desarrolla y se perfecciona a partir de una idea: juego simple, toque rápido a dos toques como máximo y mientras la jugada lo permita, siempre para adelante. La tenencia de la pelota, por la tenencia misma, aquí no se aplica. Se busca tener la pelota para atacar rápido, no para esperar pacientemente que el rival genere un error de movimiento y genere un espacio por donde filtrar una pelota.

Velocidad

Si los dos puntos anteriores no estarían realizados en velocidad, sería el fútbol de los 80. Por lo tanto no tendrían efectividad. Por eso es más meritorio aún poder aplicar esos conceptos de juego a gran velocidad. Esta selección tiene otra gran virtud que es jugar a gran velocidad sin perder efectividad en el pase o en la toma de decisiones.

En fase Defensiva

Presión sobre la pelota

Cuando la pelota la tiene el rival, la presión empieza en nuestros delanteros, para provocar el error o la toma de decisión apurada del jugador contrario. Ni que hablar de la marca en la mitad de la cancha. La dinámica para marcar y anticipar es encomiable. Todo esto facilita el trabajo de la línea defensiva porque casi nunca llega una pelota clara y libre de espacios para el rival.

Marca Preventiva

Como en la mayoría de los partidos, la mayor parte del tiempo nuestro equipo tiene la pelota, y se juega en campo rival; por lo tanto hay que estar atento a una pelota perdida que obligue a una transición defensiva. En este caso sobresale la concentración, aptitud y actitud de los jugadores que quedan en función defensiva, tanto los mediocampistas como los defensores. Prevenir un pérdida de pelota propia, estar cerca de posibles receptores o tener la lectura correcta por donde puede venir un contragolpe, hace ganar milésimas de segundos importantísimas al momento de querer recuperar la pelota. Esta es otra virtud esencial que permite a la selección ser tan ofensiva y jugar sin miedo a perder la pelota.

Por supuesto que hay más detalles más finos que también suman al todo y que permiten la realidad futbolística de nuestra selección, pero considero que los mencionados son los más genéricos y fundamentales sobre los que se basa el juego de los de Scaloni. E incluso van más allá de la calidad de los jugadores que los interpreten. 

Por supuesto que a mayor dimensión futbolística del jugador que se trate, más efectivos serán los resultados de cómo se juega, pero como dije al inicio, la selección argentina llegó a una instancia que no importa quién juegue, la misma idea y su ejecución prácticamente no se verán resentidas.  

Algo queda claro para mi, así como juega esta selección, es el “fútbol que le gusta a la gente” es el fútbol nuestro. Una mezcla de toque, asociación, actitud y garra. Fútbol total para los que nacimos en esta tierra. Por eso independientemente de quienes jueguen, o quién esté sentado en el banco con el buzo de DT, parafraseando a los Ratones Paranoicos: “OJALA QUE ESTO DURE PARA SIEMPRE, CASI TANTO COMO UNA ETERNIDAD”.